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La comunicación es un
fenómeno inherente a la relación que los seres vivos mantienen cuando se
encuentran en grupo. A través de la comunicación, las personas o animales
obtienen información respecto a su entorno y pueden compartirla con el resto.
El proceso comunicativo implica
la emisión de señales (sonidos,
gestos, señas, etc.) con la intención de dar a conocer un mensaje. Para que la comunicación sea
exitosa, el receptor debe contar con las habilidades que le
permitan decodificar el mensaje e
interpretarlo. El proceso luego se revierte cuando el receptor responde y se
transforma en emisor (con lo que el emisor original pasa a ser el receptor del
acto comunicativo).
La
inteligencia procesa los conocimientos. Según H. Gardner, el ser humano tiene
siete tipos de inteligencia: verbal, matemática, espacial, musical, corporal,
intrapersonal e interpersonal. Todos
disponemos de estas siete inteligencias, que son complementarias. Pero en cada
persona prevalece una.
En
la inteligencia
intrapersonal se manifiesta la capacidad de comunicarnos.
Los
tres componentes de la capacidad de influir en los demás son: la
palabra, el tono de voz y el lenguaje corporal.
La
comunicación es la más básica y vital de nuestras
necesidades. Lo que cada uno de nosotros
pensamos es muy importante pero no suficiente para desarrollar una buena
comunicación. Lo que realmente importa es que la mente tenga la capacidad de transmitir mensajes, pensamientos y
sentimientos.
No
solo se establece comunicación mediante las palabras. Antes que las palabras,
para comunicarse bien se necesita formar una estructura que proporcione mas poder a la comunicación. Este poder esta
representado por el tono de voz y el lenguaje corporal, es decir la postura
corporal de los interlocutores.
En
últimas investigaciones de la neurolingüística el porcentaje de la capacidad de
influencia, de comunicación, en las personas es: lenguaje corporal 55%, tono de
voz 38%, palabra 7%.
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El lenguaje que genera acción
En
comunicación se desperdicia energía
cuando el mensaje no produce ningún resultado, cuando no hay respuesta. Existe
el lenguaje que genera acción, hacen que las cosas suceda; y existe el
lenguaje que no genera acción: un comentario, una queja o el típico “diálogo
sin escucha” que consumen energía y no producen nada.
Hay
personas que utilizan el lenguaje que genera acción, y todos quieren estar
cerca de ellas, pues siempre crean nuevas realidades. Y hay otras que se sirven
de la comunicación para nada; son aquellas a quienes les encanta contar sus
problemas, que se inventan intrigas o hablar por hablar.
La
comunicación que genera acción permite motivar y estimular, suscitar el interés
y entusiasmo necesarios para que algo suceda.
Cuando
nos comunicamos con alguien, todo nuestro cuerpo habla. También es fundamental
saber observar al interlocutor, percibir no solo de el las palabras. Saber
observar los ojos de la persona con quien conversamos es prácticamente una
forma de leer su pensamiento.
La comunicación es como un baile. Cuando
uno de los interlocutores asume la postura del otro, ambos empiezan a pensar en
los mismos términos y entonces la sintonía es plena. Y quien vea a la pareja
bailando no sabrá quien lleva a quien, la música es la misma para los dos.
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Propiedades simples de la
comunicación
Estas
propiedades encierran consecuencias interpersonales básicas, Watzlawick las
llama axiomas.
1. No es
posible no comunicarse: las
personas siempre tenemos conducta, es decir es imposible no comportarse. Toda
conducta en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno
lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad o inactividad, palabras o
silencio, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás, quienes a
su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones, y por ende,
también comunican.
2. Los
niveles de contenido y relaciones de la comunicación: una comunicación no solo transmite información sino
que, al mismo tiempo, impone conductas. Bateson llama a estas dos operaciones
aspectos referenciales y connotativos,
respectivamente de toda comunicación. El aspecto referencial de un mensaje
transmite información y, por ende, en la condición humana es sinónimo de
contenido del mensaje. Por otro lado, el aspecto connotativo se refiere a que
tipo de mensaje debe entenderse que es, y a la relación entre los comunicantes.
El referencial transmite los “datos”
de la comunicación y el connotativo
cómo debe entenderse dicha comunicación.
3. La
puntuación de la secuencia de hechos: se refiere a la interacción entre comunicantes, una serie de
comunicaciones puede entenderse como una secuencia interrumpida de
intercambios. Quienes participan en la interacción realizan la puntuación de la secuencia de hechos. La
puntuación organiza los hechos de la conducta y resulta vital para las
interacciones en marcha. La naturaleza de
una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre
los comunicantes.
4. La comunicación
digital y analógica: la comunicación
digital es aquella que transmite
la información a través de símbolos.
Los símbolos comunicativos pueden ser lingüísticos o escritos, y existe un consenso significativo para cada símbolo. Este consenso se ordena bajo reglas y normas lingüísticas. La comunicación analógica es todo lo que sea no verbal: la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de palabras mismas, y cualquier otra manifestación no verbal de que el organismo es capaz. Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderos pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación; mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
Los símbolos comunicativos pueden ser lingüísticos o escritos, y existe un consenso significativo para cada símbolo. Este consenso se ordena bajo reglas y normas lingüísticas. La comunicación analógica es todo lo que sea no verbal: la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de palabras mismas, y cualquier otra manifestación no verbal de que el organismo es capaz. Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderos pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación; mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
5. Interacción
simétrica y complementaria: son
relaciones basadas en la igualdad o la diferencia. En el primer caso, los participantes
tienden a igualar especialmente su conducta recíproca, y así su interacción
puede considerarse simétrica. En el segundo caso, las conductas de uno de los
participantes complementa la del otro y recibe el nombre de complementaria. La
interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia
mínima, mientras que la interacción complementaria esta basada en un máximo de
diferencias. En una relación complementaria hay dos posiciones distintas. Un
participante ocupa la posición superior o primaria mientras que el otro ocupa
la posición correspondiente inferior o secundaria. Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o
complementarios, según que estén basados en la igualdad o la diferencia.
Contacto: roxanachujer@gmail.com
www.facebook.com/infodepsicologia
twitter: @roxanachujer
*Bibliografía: -Teoría de la
comunicación humana, Paul Watzlawick
- La comunicación
eficaz, Lair Ribero
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